sábado, 14 de mayo de 2011

Entrevista con Tomas Eloy Martínez sobre su libro “Lugar Común La Muerte”

Por Paulina Monsalve

“concedí que la muerte era, como la salvación o la tortura, un privilegio individual, ahora sé que ni siquiera ese lugar común nos pertenece”.

(Esta entrevista es producto de mi imaginación, basada en su libro "lugar común la muerte")

Tomas Eloy habla de cada uno de sus personajes con gran propiedad y precisamente esta propiedad se ve reflejada en los detalles que publica en su libro, en cada uno de sus reportajes; aquellos detalles que si se buscan en las biografías de estos personajes serían casi imposibles descubrir. Para hablarnos de esos detalles y de muchas cosas más, realizamos una entrevista al Escritor y Periodista Argentino Tomas Eloy Martínez.

Tomas Eloy Martínez: Las circunstancias a las que aluden estos fragmentos son veraces; recurrí a fuentes tan dispares como el testimonio personal, las cartas, las estadísticas, los libros de memorias, las noticias de los periódicos y las noticias de los historiadores. Pero los sentimientos y atenciones que les disparé componen una realidad que no es la de los hechos sino que corresponden, más bien, a los diversos humores de la escritura.

Paulina Monsalve: ¿Cómo afirmar sin escrúpulos que esa realidad no los altera?

Tomas Eloy Martínez: desconfié siempre del testigo neutral que se sitúa ante cada historia como si no hubiese en ella sombras ni dobleces y tiene la presunción de suponer que su versión es única.

Paulina Monsalve: ¿cómo descubrió que los azares del periodismo lo llevaban al tema de la muerte?

Tomas Eloy Martínez: fue algo que descubrí sin sorpresa pues el periodismo me acercaba con tanta persistencia. Hacia 1965 supe, en Hiroshima y Nagasaki, que un hombre puede morir indefinidamente y que la muerte es una sucesión no un fin. Años más tarde la conocí como un desafío a la omnipotencia del cuerpo: Macedonio Fernández, para quien el cuerpo era una metáfora de la que no lograba desasirse triunfó sobre él mediante una paciente labor de ocultamientos; Felisberto Hernández, que había atribuido a cada parte del cuerpo una vida separada solo pudo superarlo cuando se atrevió a manifestarlo por entero, de una manera excesiva. De otros maestros Buber, Saint- John Perse, aprendí que no hay cuerpo ni muerte, y que el odio contra ellos es estéril, por que el}n la eternidad todos los hombres son uno, o ninguno.

P.M: ¿Entonces estos conocimientos fueron los que originaron este libro?

T.E.M: No son esos conocimientos los que lo suscitaron sino el sospechoso abuso con que la muerte me aturdía. Desde 1975, todo mi país se transfiguró en una sola muerte silenciosa que al principio pareció intolerable y que luego fue aceptada con indiferencia y casi olvido.

P.M: José Antonio Ramos Sucre poeta venezolano, nació en Cumaná, estado Sucre el 09 de junio de 1890; murió en Ginebra el 13 de junio de 1930. Durante algún tiempo fue olvidado; reconocido y admirado internacionalmente desde la década de los cincuenta. Los críticos de esta época lo definieron como un poeta cerebral, impermeable a las respiraciones de la vida, y por tanto, condenado a la creación de paisajes irreales o abstractos. Sus textos permitían adivinar, no obstante, detrás de un sutil disfraz, una historia de soledad, neurosis y desinteligencia con el medio. Su relato en el libro Lugar Común La Muerte es titulado “sitio y ocupación de José Antonio Ramos Sucre; ¿que nos cuenta usted de este relato?

T.E.M: Cada vez que abría un libro el insomnio estaba allí, adelantándose hacia las letras y llevándolas a un horizonte donde él, nunca podía leerlas. Sufre de un gran insomnio, le envía cartas a la señorita Dolores Emilia Madriz su prima contándole lo que pasa en su vida. Se vestía con desaliño, sintiendo que la camisa ceñía a dos cuerpos y que el lazo de la corbata apretaba en torno de dos cuellos. Cuando Ramos Sucre lograba descansar se volvía locuaz, escribía cartas beatificas a Dolores Emilia y entretenía a los analistas del laboratorio con sus lecciones de moralidad. Le complacía verse con fuerzas para cuidar otra vez los jardines de su idioma, limpiándolos de la maleza que para él crecía con el insomnio. El 5 lo declararon curado, el 7 atravesó Alemania en el expreso Munich, y allí cambio de tren. Ya cansado de luchar contra el insomnio sin victoria alguna, arrancó de la biblioteca el ejemplar del Wilhem Meister y atrapó el frasco de Hipnótico bebió el jarabe de sorbo, cuatro días tardo en morir.

P.M: “Memorias de un venezolano del renacimiento” habla de Vicente Gerbasi nacido el 2 de junio de 1913 en Canoabo, Carabobo y muere en Caracas, Venezuela el 28 de diciembre de 1992; fue considerado el poeta contemporáneo venezolano más representativo, realizó estudios primarios en la Escuela Domingo Andrade, donde se interesó por las letras. En 1940 se vinculó a los poetas del grupo Viernes, introductor del surrealismo en la poesía venezolana, atraído por varios ejemplos de la llamada Generación del 27. La poesía de Gerbasi comenzó con un libro de 1937, Vigilia del Náufrago. Su poesía es generalmente cálida y armoniosa, sin demasías ni turbulencias. Refleja su asombro ante la naturaleza, el sentimiento de la soledad y su intimidad. En 1969, Gerbasi gana el Premio Nacional de Literatura por su obra Poesía de viajes. Vivió en Colombia entre 1946 y 1947 como agregado cultural y luego fue embajador en países de varios continentes. Fue editor de algunas publicaciones efímeras como "Bitácora", "El perfil y la noche" y "Poesía venezolana".

T.E.M: Vicente recordaba los amaneceres olorosos a café y cacao, los mugidos aliviados de las vacas cuando las ordeñaban, el paso de las nubes sobre la cresta de la montaña y le aire fresco que se posaba al anochecer sobre los grandes patios. Su padre era inmigrante, fue un negociante prospero, pero acabo arruinado por la caída de los precios mundiales del café, y no pudo sobrevivir a la desdicha de entregar la finca y el comercio a sus implacables acreedores. Como muchas damas reintegradas en la Venezuela de los años 30, la madre debió poner una pensión modesta en Valencia cerca de la plaza Bolívar. Vicente absorbió como una esponja el lenguaje de la política leyó a Marx, y aprendió los cómo y los porqué de la vida de Lenin. Fue oficinista en el sindicato de Tranviarios con un salario tan bajo que para sobrevivir tenía que respirar salteado. Después de un viaje con el que se despedía de la adolescencia lo contrataron como redactor de “ahora” por 350 bolívares mensuales; trabajaba doce horas diarias en la redacción de ahora y auxiliaba a Rómulo Betancourt en las campañas clandestinas del Partido Democrático Nacional (PDN) pieza fundamental del frente opositor en las primeras elecciones municipales que conocería Venezuela. Un día de octubre de 1945 Vicente paso la noche en vela y así se mantuvo durante 48 horas, hasta que la cadena de radios anuncio que Rómulo Betancourt era el nuevo Presidente de la República, de inmediato le escribió una carta en la que le pedía el favor de que le permitiera ingresar en la carrera diplomática, la respuesta que Vicente leyó más tarde lo declaraba agregado cultural de la embajada en Colombia.

P.M: “las señas eran correctas, estoy seguro; las apariencias coincidían también con las descripciones que nos habían dado por teléfono” Esta es la Historia de Guillermo Meneses llamada “Encuentros clandestinos en una casa equivocada” Meneses nació en Caracas el 15 de diciembre de 1911 y murió en Porlamar el 29 de diciembre de 1978. Fue un escritor, político y diplomático venezolano, doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela y ejerció la profesión destacando su labor como Procurador del Estado Miranda, juez y secretario de la embajada de Venezuela en Bruselas y París. También trabajó como periodista, lo cual le sirvió para mostrar su opinión sobre el quehacer político nacional. Fue fundador de revistas y escritor en revistas y diarios (Élite, Sábado (de Colombia), El Nacional y El Universal)

T.E.M: Sigo creyendo que vimos a Guillermo Meneses en una casa equivocada; a menudo hemos vuelto a revisar el orden en que sucedieron las cosas aquel 1º de octubre, sin alcanzar a distinguir cual fue la señal que nos desbarató, sobre qué orilla de la luz fuimos desapareciendo de la casa, si es que en verdad no fue la casa la que desapareció de nosotros. Por una torpe influencia de la literatura, yo había imaginado que vería a Meneses en un cuarto cercado por espejos y libros; supuse que sobre su escritorio habría una colección de muñecas rusas y de cajas chinas.
Todo lector se representa a los creadores viviendo en una atmósfera idéntica a las de sus ficciones. Debo decir que me desconcerté al conocerlo en una sala trivial. Entre tazas de café y un tocadiscos, amparado por las obras de Jesús Soto y Elsa Gramko que brotaban con cierta sorpresa de las paredes, el desconcierto provino más bien de una primera frase inesperada, que salió de su boca aunque en verdad parecía corresponder a la boca de otro hombre “¡Y pensar que yo tenía ese interés por escribir!” dijo de pronto Meneses como si la escritura fuese una playa degradada de su vida, una ráfaga de escoria que había entrado en el cuarto junto con nosotros, sus visitantes.
Con frecuencia descubro que mis sentidos responden con el desconcierto a los estímulos de la realidad, pero estoy seguro de que esa última mañana de octubre oí, junto a los desatentos albañiles, en la mitad de un salón vacío y oloroso a pintura, una vos familiar que entonaba con sorna “La tuerta Julia, la tuerta Julia…” hasta que un remolino de mariposas apareció en la ventana, y todo quedó en silencio.

P.M: Alexis Léger, conocido por los pseudónimos Alexis Saint-Léger y sobre todo Saint-John Perse, poeta y diplomático francés nació el 31 de mayo de 1887en la isla caribeña francesa de Guadalupe, y murió en Giens el 20 de septiembre de 1975.
Saint- John Perse fue diplomático en Pekín de 1916 - 1921, y se le nombró en 1924 director del gabinete diplomático de Arístides Briand hasta 1932. Fue nombrado embajador en 1933, y secretario general del ministerio de asuntos exteriores hasta 1940, en que se exilia a Estados Unidos. El régimen colaboracionista de Vichy le priva de la nacionalidad francesa, que recuperará tras la Liberación. Este es otro de los personajes en su libro.

T.E.M: El relato se llama “Saint- John Perse desaparece”. Yo iba en busca de un hombre que estaba a punto de morir. No era un hombre corriente y, por lo tanto, también él debía de sentir entre las penumbras de su casa el paso incesante y sordo de la muerte. “el mayor poeta del siglo” lo llamaron T.S. Eliot y Giuseppe Ungaretti. “uno de los más nobles, de los más dignos, de los más puros” definido así por el crítico Alain Bosquet. Todos esos elogios han resbalado sobre la piel cansada de Saint-John Perse.
Todavía recuerdo su bigote oscuro y breve, la calvicie que se esforzaba por disimular, la nariz de halcón moviéndose como una proa entre la gente peor el hombre que me encontraría 15 años más tarde, no era ya ni la sombra de aquel viejo esplendoroso: era apenas su aliento su enfermedad, su cansancio. La historia personal de Saint- John Perse es como esas monedas de una sola cara con la que soñaban los alquimistas no hay en ella derrotas ni infortunios. Sentí el último domingo de mayo que la ausencia del cuerpo no es necesariamente la ausencia del ser. Alexis Léger no se desvanecía en esa oscuridad de la que nunca vuelven los viejos. La impresión que dejaba era más bien como la de la luna menguante, para la cual todas las fases son el principio de una aventura.
Solo sé que de pronto como en el interior de un relámpago, vi a Saint- John Perse envuelto en luz sobre la cama, inmóvil, con esa paz perfecta que solo fluye de las estatuas; vi también su vos levitando sobre la vajilla de porcelana; oí el aliento de una sangre que estaba más viva que la mía.

P.M: “el año que viene moriré –dijo el viejecito, suspendiendo el tono de la vos en alguna orilla del silencio donde podían verse las pisadas de la curiosidad y de la burla, pero ninguna compasión por sí mismo” . Así comienza el relato “la salvación según Martin Buber” Martin Buber nació en (Viena, el 8 de febrero de 1878 muere en Jerusalén el 13 de junio de 1965. Filósofo, teólogo y escritor Judío Austríaco/israelí, es conocido por su filosofía de diálogo y por sus obras de carácter religioso. Sionista cultural, anarquista filosófico, existencialista religioso y partidario de la partición de Palestina y de la unión entre israelíes y palestinos.

T.E.M: no fui capaz de imaginar que apenas yo aludiera a su biografía (le hablé creo, de sus años de formación en Lemberg, junto a un abuelo aquejado de racionalismo; de sus estudios jasídicos; de su amistad con Dilthey y Scheler; de la memorable Biblia que había vertido al alemán entre 1916 y 1924), Buber apartaría con desdén aquel recuento personal y se tendría, solo por un momento, en la certeza de que pronto iba a morir.

P.M: “Para que nadie olvide a Felisberto Hernández” nació en Montevideo, el 20 de octubre de 1902; fallecido en Montevideo el 13 de enero de 1964. Fue un escritor uruguayo que se caracterizaba por unas obras de literatura fantástica pero basadas en la experiencia más personal.

T.E.M: La desgracia llegó en la última semana de 1963 cuando ya hacía rato que Felisberto La esperaba. Tomo primero la forma de una inocente pereza que se le declaraba por las tardes, mientras paseaba con su novia María Dolores Roselló entre los plátanos de El Prado.
Escribir había acabado por desencantarlo; y durante aquellos meses finales de la desgracia solo conseguía borronear unos pocos apuntes de la indescifrable taquigrafía que había inventado para sí. Empezó a vislumbrar en cambio, que aún podía hacerse famosos como concertista de piano, y todos los días se ejercitaba en el comedor de María Dolores, dejándose llevar por el suelo de los aplausos.
El 17 de diciembre decidieron internarlo y Felisberto supuso que le mero oxigeno del hospital bastaría para aliviarlo. Lo dejaron en una habitación donde ya había otro paciente, con la promesa de que la mañana de año nuevo iban a mudarlo en un cuarto espacioso, sin compañía, donde pudiera mirar las palmeras del jardín. Tenía leucemia y se le había declarado de manera tan fulminante, que ya era tarde para estorbara la enfermedad, consideraban que en un mes o tal vez en menos tiempo Felisberto moriría. Le prometieron que alguna vez se levantaría y antes del 3 de enero ya habían cumplido la palabra. El 12 de enero le hicieron una transfusión de sangre y lo dejaron descansar. A las 6 de la mañana, el 13, los secretos ciclones que tanto había temido Felisberto soplaron sobre su corazón y lo detuvieron.

P.M: Macedonio Fernández nació en Buenos Aires el 1 de junio de 1874 y murió el 10 de febrero de 1952. Escritor argentino, autor de una obra original y compleja, que incluye novelas, cuentos, poemas, artículos periodísticos, ensayos filosóficos y textos de naturaleza inclasificable. Ha ejercido una gran influencia sobre la literatura argentina posterior.

T.E.M: “fases lunares y eclipses de Macedonio Fernández” A medida que envejecía macedonio había ido perdiendo la costumbre de leer y de escribir. Retenía algunos ejemplares anotados de la obra de William james, que iba olvidando en las confiterías. Y a veces, para que sus reflexiones tuvieran un punto de apoyo en el universo físico.
Murió sin enfermarse, en silencio, como quien desaparece en un incendio. “no fue necesario operarlo ni curarlo, no se sabe de que murió.

P.M: “El apocalipsis según Martínez Estrada” Ezequiel Martínez Estrada, nació en San José de la Esquina, Santa Fe, Argentina, 14 de septiembre de 1895, muere en Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina el 4 de noviembre de 1964) fue un escritor, poeta, ensayista, crítico literario y biógrafo argentino. Recibió dos veces el Premio Nacional de Literatura, en 1933 por su obra poética y en 1937 por el ensayo "Radiografía de la Pampa". Fue presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) de 1933 a 1934 y de 1942 a 1946.

T.E.M: apareció arrastrando las pantuflas, con la cara sumida y quieta, sin decir otra cosa que “aquí está el viejo” como si las palabras no sonaran afuera de el sino adentro, entre los pobres huesos embozados bajo la bata de cama.
Recaía con reiteración en el lenguaje apocalíptico y era tan diestro para la tristeza como para la ira. Sus discípulos argentinos solían encontrar entre esas exhalaciones del humor una cierta calidad profética. A i me parecían tan artificiales como una representación del teatro, no creo que sus padecimientos fueran fingidos ni irreales, pero sentí aquella tarde que se servía de ellos con demasiada ostentación, como si fuera el ardor que justificaba su literatura demoledora.
Había padecido una enfermedad monstruosa sin nombre preciso entre 1948 y 1952. Desde que se supo convaleciente se negó a callar. Pasó por lato los infartos cardiacos que se le declararon en 1960 y 1964, sin interrumpir su trabajo torrencial 10 horas por día. Sé que murió el 3 de noviembre de 1964 a los 3 meses exactos de nuestro encuentro, y que hasta el cementerio de bahía no lo siguieron sino unos pocos parientes y los caudalosos pájaros que siempre trae el verano. Los diarios fueron mezquinos al describir su talento y enconados al recordar su rebeldía.

P.M: Juan Manuel de Rosas Nació en Buenos Aires el 30 de marzo de 1793 y murió en Southampton, Hampshire, el 14 de marzo de 1877, en el seno de una de las familias más destacadas de la ciudad. Su verdadero nombre era Juan Manuel Ortiz de Rozas; pero decidió "acriollarlo" y aplebeyarlo, ya antes de su primera aparición en la política, por Juan Manuel de Rosas. Era un hombre práctico, de espíritu conservador, y con todas las características de un caudillo. La primera interrupción en sus actividades de estanciero fue debida a las invasiones inglesas. El 12 de agosto de 1806 estuvo Juan Manuel entre " los voluntarios que formaron el ejercito que reconquisto Buenos Aires". Luego de la rendición, Liniers lo devolvió a sus padres, portador de honrosa carta testimonial. Estuvo en el poder por 20 años. Su historia en el libro es titulada “los últimos años de Juan Manuel de Rosas”.

T.E.M: a nadie parecía importarle aquella muerte. Cuando el cortejo fúnebre salió de la iglesia católica de Saint-Joseph, en Bugle Street. Era 15 de Marzo de 1877, y en el Southampton Times & Hampshire Express “que dedicaban 32 líneas en su edición del día a trazar una indiferente semblanza de Juan Manuel de Rosas) se anunciaba para el anochecer una tormenta que amenazaba con interrumpir la adelantada primavera de la costa.

P.M: “Perón sueña con la muerte” Juan Domingo Perón nació en Lobos, Argentina, el 8 de octubre de 1895 muere en Olivos, Argentina, el 1 de julio de 1974. Fue un político, militar y presidente argentino. Ha sido el único ciudadano elegido Presidente de la Nación Argentina en tres ocasiones; la primera en las elecciones del 24 de febrero de 1946, para el periodo 1946–1952; la segunda, en las del 11 de noviembre de 1951 para el período 1952–1958, que no alcanzó a completar debido al golpe militar que lo derrocó el 21 de septiembre de 1955 y la tercera el 23 de septiembre de 1973, tras 18 años de exilio, para el periodo 1973-1977, que no pudo completar a causa de su fallecimiento.

T.E.M: Eran las tres de la tarde. Caminábamos entre luces tan cristalinas que aun no terminábamos de dar un paso cuando ya lo sentíamos borrado. El secretario y yo nos habíamos dado cita en un par de horas antes en el en sus oficinas de la Gran Vía, donde, administraba un invisible negocio de importación y exportación. Apenas entre me había ofrecido tres libros de su cosecha dedicados “al amigo cronista cordialmente” con una letra infantil y laboriosa. Se decía que el general no tenia sueños sino visiones, ya no estaba en condiciones de soñar; hacia cinco años le realizaron muy delicada el corazón estaba débil y no puedo resistir. Cuando los médicos iban a dar el anuncio de la muerte, Alfonso los detuvo y les pidió que lo dejaran media hora con el cuerpo, se encerró en el quirófano a solas con el general y lo llamo por su nombre astral. Al tercer llamado resucito. Según el ahora es su energía cósmica la que lo mantiene vivo. Yo le pregunte que si el general tenía conocimiento de este suceso y esta fue su respuesta “lo intuye cuando lo sepa verdaderamente, ya no habrá modo de salvarlo, morirá para toda la eternidad.

P.M: Hiroshima era una ciudad japonesa portuaria e industrial, situada en la isla principal de Japón. El 6 de agosto de 1945, Hiroshima sufrió la devastación, hasta entonces desconocida, de un ataque nuclear. Los japoneses detectaron aeronaves estadounidenses sobrevolando tierras japonesas, pero como eran pocos pensaron que no podrían llevar a cabo un ataque aéreo masivo. Solamente dieron señal de precaución para que la población se dirigiera a los refugios antiaéreos.
A las 2:45 de la madrugada del 6 de agosto, el avión B-29 llamado “Enola Gay” despego de Tinian. La bomba fue montada encima del avión para evitar un accidente nuclear al despegar. Acompañando al Enola Gay iba un avión fotográfico y otro instrumental. . A las 08:15 del 6 de agosto de 1945, el Enola Gay lanzó sobre Hiroshima a “little boy”, nombre en clave de la bomba de uranio.

La bomba atómica fue preparada para detonar a 560 metros de altura sobre la ciudad.
En pocos minutos, una columna de humo y fuego, de color gris-morado, surgió en la tierra, a una temperatura aproximada de 4000º C, lo que calcinó a miles de personas en el centro de Hiroshima.
Después de la explosión sobre Hiroshima, los norteamericanos esperaban la rendición inmediata de Japón. Pero esto no sucedió. Los japoneses no sabían que se trataba de una bomba atómica. Fue un científico japonés que el 8 de agosto lo averiguo.
El Gobierno Japonés dio por hecho que los Estados Unidos sólo tenían una bomba atómica y, por tanto, pensaron que debían resistir y mantenerse armados, pero esta respuesta fue prevista por los estadounidenses y, como muestra de que tenían más bombas y de mayor fuerza destructiva, lanzaron la segunda bomba. Este suceso también tiene un espacio en su libro.

T.E.M: efectivamente, es titulada “los sobrevivientes de la Bomba Atómica”. Hiroshima era como una mano con seis flacos dedos de agua. Estaba situada al centro del golfo de Seto, entre dos poblaciones menores, otake y Kure.Hacia 1594. Los adivinos del príncipe Mori Terumoto aplicaron la quiromancia para desentrañar el porvenir de la aldea, poblada entonces por 120 familias de pescadores: le presagiaron una vida larga y sin zozobras, libre de inundaciones y abundante en conquistas.las colinas bajas, que se lazaban en el este fueron convirtiéndose poco a poco en un nidal de santuarios shinto. Las barcazas con lámparas de colores descendían alegremente todas las noches por los brazos del río Ota para celebrar sus cónclaves en el mar. El 30 de junio de 1945, los habitantes eran 245.423: ese era el número de personas a las que el gobierno había asignado una cuota de arroz.
Las cifras dicen poca cosa pero a veces lo dicen casi todo. En enero de 1965, el 42 por ciento de los trabajadores esporádicos eran sobrevivientes de la hecatombe cada uno de ellos recibía un dólar y medio de jornal por condescendencia del gobierno japonés. No les es fácil ser reconocidos como enfermos atómicos, y hasta 1957 se negó oficialmente que sus anemias y canceres tuvieran algo que ver con la explosión.
Los testimonios mas patéticos sobre el exterminio atómico fueron excluidos de la historia que volví a escribir para este libro porque no siempre el énfasis de la realidad contribuye a su verosimilitud.

P.M: muchas gracias Tomas Eloy por su compañía y por darnos detalles de algunos de los reportajes de su libro.

T.E.M: Con mucho Gusto Paulina y espero que con esos datos los lectores se interesen mas por comprar el libro y leerlo.

Otro de los reportajes que podemos encontrar en el libro de Tomas Eloy “lugar común la muerte” es: “viaje de muerte hacia la rubiera” que habla de los Los Cuiba que son un pueblo indígena de vida nómada, de aproximadamente 2 mil personas que habitan en los Llanos entre los río Meta, Casanare y Arauca, en Colombia. Los Cuiba hablan una lengua de la familia Guahibo.
Son cazadores-recolectores, se movilizan estacionalmente, de acuerdo con el régimen de lluvias y los recursos locales, acampando por breves temporadas. Construyen refugios (bouto) con cuatro postes y techo de hojas de palma con un solo declive, de 2 a 3 m de largo por 1,5 a 2 m de ancho, donde cuelga sus hamacas. Son cazadores muy expertos. Cazan con arco y flecha, principalmente venados, soches, chigüiros, pecarís y lapas. También usan el arco y flecha para pescar.

Diariamente recolectan frutos y tubérculos silvestres, miel, huevos de tortuga, iguana y aves, así como fibras de moriche y cumare para fabricar hamacas y brazaletes, hojas y bejucos para elaborar canastos y cortezas para confeccionar guayucos. Tienen también pequeños huertos donde siembran yuca, batata, ñame, caña de azúcar, mango, piña, tabaco y achiote.

Me despido y no se les olvide comprar el recomendado “Lugar Común la Muerte” Tomas Eloy Martínez. Nuestro libro de reportajes de la semana.


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