LA COLUMNA ROTA, FRIDA KAHLO
Por: Paulina Monsalve
Ver, visualizar, percibir. Visual, visión, visionario… relación de palabras que nos permiten captar una imagen, pero ¿Qué es una imagen? Según el diccionario de la real academia española DRAE, la imagen es una representación, semejanza y apariencia de algo.
Son aquellas imágenes la que hacen que día a día, en nuestra cotidianidad conozcamos y apreciemos todo lo que sucede a nuestro alrededor, montañas, personas, casas, lugares, objetos. Dolor, alegría, sufrimiento, desesperación. Esas imágenes están en todas partes, somos imagen y esto es precisamente lo que se busca a través de esa representación, recordarnos todo lo que somos, lo que nos rodea y lo que vivimos.
Representaciones que son personificadas a través de creadores buscando fines, académicos, artísticos, comerciales, informativos entre otros. Y, en este momento hablar del arte es lo que nos corresponde. Muchos y muchos artistas hay en este mundo pero es Frida Kahlo, una mujer de nacionalidad Mexicana quien acaparó mi atención. Es ella, revolucionaria, con un don maravilloso: pintar la realidad y a través de sus obras crear un conocimiento crítico buscando un significado personal a su espectador, y que esa creación sea innovadora.
Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México. Creadora de una pintura metafórica, ingenua y totalmente personal. Su padre, fotógrafo de origen germano - húngaro y madre mexicana. Frida fue la tercera mujer de los cuatro hijos que tuvo la pareja. En 1913 contrajo poliomielitis, el primero de varios problemas de salud que tuvo a lo largo de su vida. En el año de 1922 inició sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, fue aquí, en este lugar donde Frida se unió a un grupo conocido como “las cachuchas” con quienes dejo el camino libre a su espíritu rebelde. El líder de “las cachuchas” fue su primer amor, y fue el mismo con el que Frida en 1925 sufrió el grave accidente que por poco acaba con su vida; sufrió múltiples heridas y los médicos dudaban de su recuperación. Luego de un mes en el hospital, le dieron de alta con la recomendación de quedarse en cama durante 3 meses. Un año más tarde, tuvo que regresar al hospital, sentía dolores en su columna y en el pie derecho. Cuando Frida ingresó por el accidente, los médicos no hicieron rayos x de su columna y es justo ahora cuando se dieron cuenta de que varias vértebras se habían desplazado. Nuevamente se quedo en cama y tuvo que usar corsés de escayola.
Fue durante esta época que Frida comenzó a pintar, en medio de su convalecencia, sus padres mandaron a construir un caballete especial sobre la cama de Frida que soportaba los lienzos en los que ella pintaba y en el pabellón de su cama, instalaron un espejo bajo, en el que Frida podía verse y así, convertirse en la modelo principal de sus obras.
En este mismo periodo apareció en México, un nuevo movimiento artístico que insistía en dejar atrás los modelos europeos y crear un nuevo estilo de arte independiente, basándose en las raíces y el folclor mexicano. Frida se había recuperado casi totalmente del accidente en 1927 y en 1928 se unió a este grupo de nuevos artistas.
En 1939 expuso sus obras en París (Francia), saliendo en las principales revistas de arte y siendo reconocida mundialmente. Frida fue nombrada parte del personal docente de una escuela, donde daría una clase de pintura, doce lecciones por semana en 1943. Frida animó a los jóvenes estudiantes a buscar su inspiración y sus modelos en la vida habitual de la cultura mexicana, así como en el folclor del país y a no seguir los modelos Europeos tradicionales.
Después de unos meses, la mala salud de Frida la obligó a enseñar desde casa. Nuevamente estaba sufriendo fuertes dolores en su espalda y pie derecho y le ordenaron descansar. Esta vez tenía que llevar un corsé de acero, que al parecer las correas son lo único que lograban mantener el cuerpo de Kahlo en una sola pieza y rígido. Este corsé se convirtió en el sujeto de su cuadro de 1944 "La Columna Rota". Una imagen bidimensional estática de formato vertical, la técnica implementada fue el óleo sobre lienzo, montada en masonite con un tamaño de 43x33 cm, autorretrato de Frida.
Mujer latina, trigueña, delgada, semidesnuda, cabello oscuro, cejas pobladas, abertura en la mitad de su cuerpo, columna jónica con algunas partes destrozadas, clavos en su cara y cuerpo, un clavo más grande en el lado izquierdo de su pecho, vasta llanura con fisuras, cielo azul tormentoso, lagrimas, paloma en cada uno de sus ojos. Líneas, contorno, dirección horizontal y diagonal, pigmentos claros y oscuros, fondo tonal; color, textura, escala y movimientos. Son los elementos que observamos en esta obra de Frida.
La columna jónica es el punctum, es aquello que atrae nuestra atención, nos atraviesa y nos pone a analizar sobre lo que la autora quiere transmitir a través de esta obra, esa mirada crítica que nos obliga el arte; a su vez, podríamos decir que el contra punctum son los clavos que están en su cara y todo su cuerpo, y a si, mirando estas dos partes de la imagen poder construir una idea de la representación.
Hablar de una mujer latina, delgada, trigueña y semidesnuda, posiblemente traiga a nuestra mente una modelo hermosa, típica de Latinoamérica, pero no, esta no es la típica modelo, es una mujer bella, con cejas pobladas, mexicana, con un dolor en su rostro, pero con esperanza en sus ojos, armoniosa, ojos que reflejan esperanza con las palomas de la paz que aparecen en sus pupilas, palomas que no podrían haber sido vistas sin las palabras de Frida “"Mira los ojos muy de cerca... las pupilas son palomas de la paz…” la columna jónica, dañada en varias partes representa su columna estropeada, la cruel abertura de su cuerpo, el paisaje seco y los clavos en su rostro y cuerpo, se observan como símbolos que dan reflejo de la dura situación por la que Frida pasaba por esta época, soledad y dolor de Kahlo. El clavo más grande atravesando el lado izquierdo de su pecho nos da cuenta de su dolor emocional.
Los autorretratos de Frida, son, comúnmente acompañada de algunos ortos elementos a su fondo, monos, gatos, hojas protectoras, plantas pericos…este es diferente un gran contraste a todos sus autorretratos y lo que ayuda a llamar la atención en, “la columna rota” es que ella se pintó sola, sola en una llanura, bajo un cielo tormentoso llorando. Se puede deducir que quizás es su manera de decir que tiene que manejar su dolor físico y emocional por sí sola.
Originalmente Kahlo se pintó completamente desnuda, pero tiempo después decidió que este desnudo distraía el tema y el foco del cuadro, entonces, pinto una tela blanca que cubre su parte inferior.
"He pintado mis cuadros bien, no rápidamente pero pacientemente y llevan un mensaje de dolor. "
"Tienes que reírte de la vida..." Frida dijo. "Mira los ojos muy de cerca... las pupilas son palomas de la paz. Esta es mi bromita sobre el dolor y el sufrimiento..."
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