POR:
Jenny Alejandra Echavarría Robledo, Maria Clara Giraldo, Daniela Restrepo, Paulina Monsalve.
La sexualidad ha sido un tema escabroso que ha perseguido y angustiado a padres de familia, instituciones educativas, gubernamentales e incluso la iglesia; sorprende que en pleno siglo XXI el tema aun sea tratado con escrúpulos y sea considerado un tabú cuando además trae consigo una serie de problemáticas sociales bastante relevantes para el desarrollo y progreso de la ciudadanía.
La investigación realizada tenía como objetivo principal no sólo comprobar la eficacia de los programas de educación sexual en los colegios de Medellín sino también reconocer cuáles son las principales causas de que los embarazos adolescentes estén incrementando alarmantemente cada año a través de un constante diálogo entre los adolescentes y los que supuestamente, son los encargados y responsables de regular, informar y evitar éste tipo de problemáticas. La metodología utilizada estaba basada en la recolección de información a través de unos cuestionamientos que le dieran solución a las preguntas planteadas; entrevistas y debates con los involucrados en la problemática fueron parte vital del proceso.
En el desarrollo de nuestra investigación encontramos un proyecto lanzado por la Alcaldía de Medellín cuando Sergio Fajardo ejercía el cargo de alcalde de la ciudad llamado Sol y Luna, programa que promueve la vivencia de la sexualidad de una manera responsable, cabe destacar que dicho plan educativo no fue bien recibido por la Arquidiócesis de Medellín que lo calificó de Hedonista y libertino; Sin embargo, Sol y Luna si propone una serie de alternativas válidas que dan salida a la problemática social en que se ha convertido el tema de la sexualidad y una investigación seria sobre las causas de la misma, se habla de tres momentos importantes:
• Causas estructurales
• Cusas individuales
• Causas institucionales
Dentro del primer grupo entran las condiciones socioeconómicas de marginación, el conflicto armado y la prostitución infantil, en las causas individuales se puede ver básicamente cómo el embarazo y la maternidad o paternidad se convierten en proyecto de vida ya sea por aceptación social o por percepciones de reconocimiento además de el afán de experimentación sexual temprana, tan particular y característico en las nuevas generaciones. En las causas institucionales entran no sólo la vida familiar crítica (Ausencia de figuras paternas o maternas) y la sobre exigencia en el crecimiento sino el importante papel que juegan las instituciones educativas en la formación de los jóvenes y cómo la ausencia de correctos planes de educación sexual pueden ser un factor influyente en la reproducción de éste fenómeno social.
Se comprobó que las causas estudiadas y propuestas en el proyecto “Sol y Luna” tienen cabida en nuestra investigación, conclusión a la que llegamos a través del dialogo establecido con las personas involucradas.
Elegimos cuatro instituciones educativas, dos de carácter público, Centro Formativo de Antioquia e Institución Educativa Diego Echavarría Misas y dos de carácter privado, Colegio Santa Bertilla Boscardin y Bárbara Micarelli. Elegimos estas instituciones para poder hacer un paralelo entre los colegios públicos y privados respecto a los programas de educación sexual.
En las instituciones públicas se tuvo un fácil acceso a las fuentes, se lograron entablar conversaciones y debates tanto con los estudiantes como con los directivos y administrativos. En el Centro Formativo de Antioquia (CEFA) en el cual las trabajadoras sociales pasan por cada aula a dictar talleres de una duración aproximada de tres horas, en donde los temas de anticonceptivos y experiencias de otras mujeres son esenciales para el desarrollo del taller. Así como en el Diego Echavarría Misas donde es obligación dictar clases de educación sexual en sexto grado. En grados superiores no es obligatorio (como clase dentro del curriculum) pero se hacen actividades, jornadas de pruebas de VIH y conferencias sobre el tema, métodos anticonceptivos y prevención.
En los colegios privados el acceso no fue fácil, en el Santa Bertilia Boscardin no se dictan programas de educación sexual fuera de las clases básicas de ciencias naturales (Anatomía). Las pocas oportunidades que se presentan para hablar sobre el tema son propiciadas por agentes externos (Kotex, Nosotras) y no se toca el tema de la prevención y los anticonceptivos. En el Barbara Micarelli no se permitió dar ningún tipo de información, el ingreso tampoco fue posible, por lo tantpo las investigaciones en este colegio no se realizaron.
• Laura tuvo que salirse del Centro Formativo de Antioquia (CEFA) para terminar sus estudios en uno de esos institutos que permiten validar tres años en uno “Yo no sabía que podía demandar al colegio, que ellas no me podían echar por eso, yo no sabía nada, yo tenía 16 años, estaba embarazada y tenía miedo… tampoco es que tuviera muchas ganas de estudiar” dice sonriendo. Sofía, su hija tiene un año y tres meses, llora en la habitación de al lado “Anoche no dejó dormir, yo creo que está enferma y me va a tocar pedir una cita médica para esta semana” dice y anota un recordatorio en el celular donde otros cinco recordatorios referentes a la bebé aguardan para sonar en los momentos más inesperados. Laura fue de las primeras niñas en quedar embarazadas en su colegio “Todo un escándalo, todos me miraban, una vez me pusieron zancadilla y todo, menos mal no pasó nada” ahora es muy normal que en una promoción salgan tres o cuatro adolescentes embarazadas y pobres de los que intenten expulsar de la institución a la pobre niña, se le van papás, amigos, novios y abogados encima.
“Al colegio iban unas trabajadoras sociales dos veces al año a hacer como unos talleres ahí, se hablaba de sexualidad pero casi nadie les paraba bolas, yo me ponía a molestar con mis amiguitas, casi ninguna era virgen y no nos interesaba mucho lo que una trabajadora social tuviera que decir sobre el sexo, nos creíamos que nos las sabíamos todas” La visita de las trabajadoras fue en mayo. Era agosto y Laura, en el baño del colegio, con sus dos mejores amigas esperándola afuera pudo ver las rayitas que le indicaban que efectivamente su retraso no era una cosa simple, que estaba embarazada de su nuevo novio con el que sólo llevaba dos meses. “Lloré que no te imaginás, era inconsolable, pero no por mí, yo siempre había querido tener un bebé, era por mi abuela, con qué cara le iba yo a decir a mi abuela que estaba embarazada”. La mamá de Laura murió cuando ella tenía 12 años, nunca conoció a su papá y tampoco le interesó, su abuela y su tía la cuidaron siempre, se crió entre primos, tíos y tías en una casa vieja de Belén.
La receptiva también es importante si se trata de analizar el problema, entonces, no se trata sólo de la educación y de quién y cómo la da, se trata de quién está recibiendo la información y por qué algunas personas la reciben y otras no, en el caso de Laura ella misma confirma que la ausencia de su madre y su padre pudo ser un factor dominante en lo que sucedió “Pero ya no importa ¿Sabés?” me dice y le acaricia el pelo a la niña “Sofía es lo único que importa ahora, me arregló la vida, aunque no lo creás” Validó su bachillerato y estudia en el Tecnológico de Antioquia mientras trabaja en una empresa de confecciones “Es duro… pero ahí vamos”
• Raúl es un caso extraño: Tiene dieciocho años y vive en Florencia con sus padres, su hermana menor y su hija Maria Clara, una pequeña rubia de dos años de edad. “Claudia dijo que iba a abortar, no quería decir nada en la casa y se negaba a renunciar a todos los planes que tenía para su vida”. Camina con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, los amigos le dicen flaco y se apropia del apodo con confianza, sonríe con naturalidad, es un niño bien, inteligente, le gusta el fútbol y la política y habla con desenvoltura. A Claudia, su novia, no le asustaba abortar, es más, veía en aquel procedimiento la única alternativa válida para un problema de tal magnitud, ni siquiera había considerado tener el bebé “Yo no la podía dejar hacer eso, si ella no lo quería listo, pero era mi niña también” La familia de Raúl organizó todo: Claudia se fue de la casa y vivió con la familia de su novio casi diez meses, tuvo el bebé y se fue, en su casa nunca supieron nada. “Si, es hasta lo más de extraño el cuento- se ríe el flaco- cuando tuvo a Maria y estuvo recuperada se fue, se perdió del todo… como que se fue a vivir a Bogotá, el caso es que ella no quería saber nada de nada”. Asumir la responsabilidad de un hijo no es precisamente el sueño de cualquier muchacho de dieciocho años y casi ninguno se arriesga a ser la excepción, Raúl admite que es complicado, que uno a esa edad tiene demasiados rayones en la cabeza, pero “Un embarazo no se da porque sí y si fui tan estúpido de dejar que pasara entonces asumo lo que hice”. Sobre la educación el joven afirma que lo que recibió de sus amigos fue mucho más claro y práctico que lo que recibió de cualquier institución o incluso de su casa “En cuanto a Claudia, no sé” se encoge de hombros y empuja el coche de Maria Clara de vuelta a casa.
Claudia no fue la única adolescente de 16 años que consideró el aborto, muchas y muchos como ella no sólo lo consideran sino que lo aplican, si un niño no está dentro de sus planes de vida-y menos a tan corta edad-no hay una solución más práctica que abortar, no se consideran por ejemplo, las repercusiones de éste acto, se desconocen y el aborto se lleva a cabo la mayoría de las veces sin saber que puede traer serios problemas no sólo de salud sino también psicológicos. La adopción es considerada pero descartada “Si voy a sufrir todo el procedimiento de tenerlo como lo voy a regalar después” responden varias ante el cuestionamiento.
• Marcela fue estudiante del colegio Santa Bertilla Boscardín recuerda ese día con claridad mientras carga a Juan José de un lado para otro en esa casa pequeña de paredes amarillas, su bebé ya tiene dos años y unos ojos grandes que miran todo con curiosidad. “Estaba nerviosísima” nos dice “Mi mamá se puso a llorar inmediatamente, pero Carlos estaba ahí y me hacía sentir más segura, igual, yo también lloré ¿Vos creés?” Tenía quince años cuando tuvo a Juanjo en octubre del 2008, cursaba décimo grado y no planeaba por ningún motivo ser parte de las estadísticas hasta que entró en ellas sin ni siquiera darse cuenta.
Marcela no fue la única de su generación, dos niñas más que se graduaron con ella tuvieron a sus hijos antes de recibir el diploma y otras tres amigas del barrio ni siquiera pudieron obtenerlo, las estadísticas no le hacen justicia a la situación de las jóvenes de Medellín que entre los 12 y los 18 años tienen un embarazo indeseado, porque el embarazo no viene solo, el embarazo no son nueve meses de gestación, es una vida de la que hay que ser responsable “Yo me preguntaba cómo iba a cuidar yo a un pelaito si a duras penas me podía cuidar a mí misma” comenta y sonríe mientras habla de cómo le contó a su novio, a sus amigas y la aún más difícil tarea de comunicarle a sus padres y profesores “Yo era una excelente estudiante, me ganaba matriculas de honor y todo, excelencia académica, era monitora, en fin”, cuando le pregunté por la educación sexual que le ofrecía la institución educativa a la que asistía contestó: “Nada, cuando iba Kotex o Nosotras nos daban una especie de clase de anatomía… una que otra charla de las enfermedades de transmisión sexual… pero educación sexual como tal, nada”
Los programas de educación sexual en los colegios si son determinantes a la hora de estudiar el fenómeno, aunque se están implementando mecanismos de control, no son suficientes. En los colegios públicos se ha venido implementando en los últimos años nuevos programas para la educación sexual de los jóvenes; sin embargo las cifras de embarazos adolescentes siguen siendo altas.
De igual forma se descubrió que los programas de educación sexual, sobretodo de los colegios privados católicos, objetos de estudio son insuficientes pues están regidos por una moral que limita la información y la formación; en estos casos se puede ver como se le da más importancia a otro tipo de áreas educativas sin considerar la problemática que dicha decisión trae consigo.
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